Aquel granero que adorna el límite del cerco
sirve de antifaz a la propiedad de este cuento
su dueño, un abuelo; sus nietos, cientos;
sus hijos, no recuerdo, lo lamento.
Dentro del granero, en un rincón, pequeño
vive, Santiago, quien escribe este momento,
el más querido de la casa, el mejor de los perros…