Se
recorre el prado, la colina estrecha, la marea alta, la fuente alegre,
manantial cálido de besos apasionados, y tu mano, con el dedo extendido apenas
rozándome el deseo para hacer volar a través de todo tu cuerpo; y de esta forma
te veo. Desde el cielo te aprecio, dentro de tu alma te admiro, con los ojos en
tí, te veo, y me envuelvo en un solo respiro procurando, al volar contigo,
volver a tí, yéndome al infinito de tu ombligo.
Buen viento, me envuelves
en el soplo de tus sortilegios. Buen vuelo, siempre te sueño. Buen amor, buen
viento, amado corazón, pasos en el cielo; chispas de creación como estrellas en
el universo: tus besos. Extraño ver en tus ojos, el itinerario de mi camino
iluminado por la estela que deja tu sonrisa, cuando me impulsas a tu cielo.
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