El latido nace de un golpazo eléctrico que surge desde un nódulo en el
vientre del corazón; ventrículo izquierdo respira y oxigena, vive y da
vida al resto de la bomba que irriga y cubre la maquinaria del cuerpo-alma para
percibir la existencia en relación a la percepción que se dilucida en nuestra
cabeza.
Corazón-cabeza, alma-cuerpo, emoción-pensamiento,
ansiedad-depresión, todo un óptimo equilibrio, un solo flujo de luz que parte
desde la idea de caminar al filo de tus besos descansando en ciertos tramos en
que los labios hipnotizan el andar, y así buscar un dulce refugio en las
vibraciones de tu voz.
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