En la tradición el diablo es la parte en la cual nuestros rostros se
asemejan lo más próximo al gran espíritu, pues en su perfección tiene un lado
claro y uno oscuro; ninguno de los dos ni más bueno ni más malo, solamente es
el color de la luz (aunque eso de color también es relativo); la bondad o la maldad
está dada por los actos y sus consecuencias.
Análogamente al ayahuma, al iwia, al amashaam (en
varias tradiciones), este diablo (que no tiene nada que ver con aquel de la
mitología cristiana o judía) aparece en forma de energía al contemplar nuestros
retornos a los ciclos en los que nos reconocemos como divinos aprendiendo a ser
humanos; y así hoy renaces, con tu diablo, siendo más sabia, más mujer, más
madre, más hermana, más amante, más íntegra, más libre, más tierra, más
completa.
El diablo baila, festeja los pasos en los cuales la recopilación de tu vida es
la algarabía que invita al resto de espíritus a sonreir y ser luz para todo lo
que te propongas como la guía en que te has convertido. Te recuerdo el once,
nuevos inicios, y caminos con destinos cálidos, abrigados, fluidos.
Hoy es tu diablo, bendiciones y caricias a todos tus años.
considero que el nacimiento de un nuevo ser es un cambio de vida que viene con amarguras y alegrías, así como cambia la vida para el nuevo ser y para la madre me parece un lindo poema.
ResponderEliminarKARLA BASTIDAS