He
besado muchas mujeres en esta noche, sueños densos, vampiresas, dulces reinas,
y en todo ese acoso, todas tenían tu rostro. Te has formado exacta para estos
desvaríos, y si de vivir se trata, del sueño a lo real, lo único que falta es
que aquellos roces de tus labios permanezcan como pecados, atados y prohibidos
en los míos.
Que tenga
buen día, novia fría, señora mía.
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