Hay
un magenta que gotea desde mi alma cuando me fundes al rozarme tangente con la
finura de tus dedos; me deslíes como cera con tu fuego, y en mi estado fluido
penetro en el molde de tu cuerpo para tomar tu forma, y así con tus esencias
tomo el color de todas tus luces hasta completar la llenura en la blancura de
tu sol, mi sol; tu y yo.
Del magenta
al negro, del rojo al violeta, vas sintonizándome a tus tonos; lanzándome a tu
cielo, haciéndome arco iris para el paisaje en el que armas nuestro hogar
nuevo.
Y así
adopto el color de tu beso en violetas corpóreos, y el suspiro es un cian que
cobija tu sexo en escarlatas brillantes de pelambres trigueños. Flor de trigo,
arco iris sepia, mujer perfecta.
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