La
mirada al cielo, deslumbrado en el azul, se descifran pasos que marcan
caminos entre nubes untadas con brillos de escarcha arcoiris; más al
fondo, cruzando al vacío, el ojo divino me observa buscando la dirección
exacta para dialogar con aquel designio. Al encontrarnos la vista, nos
invade un torbellino agujero por donde me abduce por completo, me lleva,
me absorbe y se manifiesta:
-¿Qué es lo que buscan tus ojos tanteando con el alma?, Buscan agua? vida? paz? calma?-
Mi voz
no exhala, y escucha al corazón:- Solamente gracias, gracias por mi amada...-
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