Abro
los ojos de tus ojos y me miro, me imagino que estoy contigo, me veo y salto de
tu párpado, bordeando la pestaña, hasta la comisura interna de tu ojo
(hermoso), me recorro ligeramente acariciando tu mejilla (con un placer
exquisito), bajo besándote la suavidad de tu rostro, llego a tu labio lo recorro,
lo disfruto, me extasío, y me introduzco por tu boca para volver a ti…
En tus
sueños tristes aprovecho siendo lágrima para recorrerte, desde tus ojos a tu
boca en un viaje delicioso. Partiendo de ti, volviendo a ti.
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