Apareces delicia en elegante caminar,
pequeña tu sombra, alegre tu abrazo,
perfecta y brillante
y te oigo mirándote tus pasos,
y apenas te siento, deseo besarte el alma,
me detengo, enamorado a observarte
la espalda que delata tu hermosa caminata.
Y te miro.
Me cuento relatos,
y te escucho.
Tu voz me tiene encantado
e intento mantenerme enfocado y despierto,
entonces me pierdo.
Camino a tu lado, me recupero,
refreno mi sentimiento por cubrirte de besos,
te beso en mi pensamiento,
y vuelves a tu texto, tu voz, tu verbo
y me pierdo.
Y me pregunto mientras miro tus palabras
Qué es lo que eres?
Tu presencia, tu sonido, tu aroma?
Tu vida, tus sueños, tus pasos?
Una dulce dama de sonrisa que apasiona?
Y reviso tus formas,
e insisto en querer rodearte con mi cuerpo,
solo en mi pensamiento,
con un deseo cierto de hacerlo,
y tu persistes con tu voz que fascina,
diciéndome tu vida, alegrándome la mía.
Y yo perdiéndome buscando la respuesta
de aquella anarquía que me impide estar atento
de todo lo que me decías.
Hay algo en ti que me hipnotiza,
algo que desarma mi armonía,
y te observo.
Tan hermosa en tu presencia,
Tan mujer en tu alegría,
Tan perfecta, tan exacta la voz que te acompaña,
que mis ojos y su deseo me delatan:
En el marco del sonido de lo que hablas,
la suavidad de la forma de tus palabras,
el trino ronroneo del aliento que emanas,
en tu caminar, en tu cuerpo, en tu acento,
en mis pasos, mi deseo, mi verbo;
de pronto,
camino de paso mirando de lado,
oculto en el ocaso,
y me finjo fantasma
que fuerza el suave talento
del habla en tu voz,
fascinado con tus labios...
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