ALMA, pócima
palabra dama, latente de magia, mujer hermosa y compañera, que late en mi
recuerdos dando vida a toda imagen que se perfila en la dilucidación de los
espacios que funcionan como elementos de llamado cuando siempre me haces eco
dentro de mi pensamiento.
Y en todo te
veo, extiendo mi mano en el tiempo y te veo, expando mi alma hacia ti y me veo
en tu espejo, desnudo mi espíritu y me entrego en copa de aliento para la sed
de tu cuerpo, y te veo saciándote de mi,
bebiéndome entero, y me deleito en la forma en la cual, enamorados nos
deseamos ser todo lo que vemos, alzando la vista al cielo, visionando todos los
rezos,
anhelando todos
los encuentros, encontrándonos con nosotros en todo pensamiento; relatando
rumbos, dibujando paisajes, maquinando viajes en los cuales estamos juntos,
viviendo lo que por designio nos ha planificado la divinidad al momento de
habernos sentido como uno, como lo que somos, como lo que siempre hemos sido.
ALMA hermosa,
amiga, magia, Diosa, hoy me entrego en mi esencia hacia ti, en tus manos, mi
novia amorosa; bébeme exacto, sáciate de mi, acaríciame el tacto, bésame
inundándome de ti, ilumíname las ansias de vivirte, apasióname el sentido de
sentirte, cobíjame en tu latido; y hazme tuyo, como siempre lo he sido.
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