Entre realidades
alternativas, existen los espíritus escribas que, atentos a la sabiduría, se
asoman por los mundos buscando apuntar todo lo que de cierto resulte en nuevo
conocimiento; y así escuchando al universo, sentados en el sol, perciben el
timbre de tu voz dirigiendo su atención hacia aquellos tonos, que al llegar a
ellos, sacude sus tímpanos, despertándolos hacia la conciencia de que lo divino
se está expresando a través de ti, en una humana experiencia.
Y se acercan, te
rodean, reconocen que tu sabiduría envuelta en sensibilidad, resulta en
combinación eficaz para lograr la escritura de la vida.
Y te escuchan
enfocados en tu alma y escriben cada nota de tu nostalgia componiendo melodías
de tristeza, y cuando tu sonrisa llega, las canciones que se crean son
sinfonías de pasión; penas y alegrías relatan la maravillosa vida de tu
historia, y todas las letras se originan en tu belleza, formando palabras de
amor; se destaca además que la sintaxis que te expresa no alcanza a la razón,
pues necesitarían un pergamino infinito para describirte la transparencia de tu
forma, toda la magia contenida, lo exquisito de las palabras que salen de tu
mirada, los ecos que repite tu corazón.
En este mundo
los espíritus escribas han encontrado su misión: atestiguar el relato de tu
historia hasta el mínimo detalle, que se propague por el universo en los
cometas, y que en todas las estrellas se conozcan las melodías de tu alma, cada
lágrima, cada sonrisa, que define la pasión de tu razón.
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