Hoy
me invita el sol a divagar, y mi único tema: tú; hoy el astro es un cálido
guiño celestial, abriéndose paso con furia entre la nubosidad, y del frío
amanecer, aparece tu abrazo, mi sol, y calientas las almas que poco a poco son
bendecidas por esa caricia de tu divino despertar.
Hay una dilucidación que impera lo gnóstico de este
divagar, pues del sol al astro y de tus ojos al amor, no cabe metáfora que se
aproxime hacia una completa definición de cual de los dos es más luz, y cuál
más bendición.
Siendo así, mi pensamiento continúa en el amor contemplándote el sol,
e intentando llegar a tus ojos, para vivir en ti, habitándote el corazón,
alimentándome de ti y nada más, como parte de tu propiedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario