Amanece
en tu mirada y el sol nos camufla el deleite de mirarte iluminada, aunque el
día permanece frío, nos abrigas con tus ojos, hermosos. Y todos los astros te
vemos, y agradecemos al creador por el hecho de que en la eternidad del tiempo,
de milenio en milenio, nos permite día a día, contemplarte el sueño en las
noches, y fascinarnos con tus movimientos mientras caminas, en la soltura de tu
alma, mía.
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