Dormido entre pasto de
frailejones, en un templado páramo; un sistema lacustre me abastece la sed y me
alimenta la pureza del ambiente, entre frutos rojos y escarlatas, unos más
intensos que otros, dulcificados por el aire de sabores exóticos que ronda en
este altiplano valle de un paraíso escondido, cuando estoy dormido. De lado,
los ojos en movimiento, cerrados; soñando la suerte de vivir en aquel confort
natural; desnudo, protegido, refugiado; iniciado en el ensueño de crear mi casa
a través de tu hogar rendido en todos los signos que me delatan tu ruta, y así
divago en el collage que me dirige a tu puerto.
Dormido, recostado
entre extensos valles, colinas gigantes, ríos amigables; descanso, sintiendo el
latir de tu alma, cuando poso mi oído, al cerrar los ojos, en tu vientre y tus
pechos me abrazan.
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