Son como burbujitas las ansias del deseo
cuando toman forma al descubrir mi apuro por la entrega de un beso; y en
aquella esfera se refleja el fuego del que emana y nace cada día esa gana por
tu cuerpo.
Y así puedo estar completo, del deseo al
encuentro, del brazo anhelo a la caricia del cabello, y de ahí al impacto de
nuestros pechos; en cada acento que se
le da a la consecuencia del destino, como afrenta a la decisión de habernos
creado lejos, y de aquella rebelión del espíritu sabiendo que al vernos
volveremos a surgir en un mismo viento; como pompas, en la fragilidad de lo
bello, en lo sutil de divagar en un pequeño barco etéreo que navega a la deriva
del amor por todo el universo.
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