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UNIVERSO DE DOS

En nuestro universo de dos, en cada expansión, me das vida con tu solo pensar y originas todo, y en aquellos sugerentes ambientes participas como la palabra que estructura las líneas que mantienen ligado el entorno de tal forma que mantienes la  armonía con tu verbo que se manifiesta como dinámica de energía, haciendo de tus paisajes un flujo de perfección; y así sucede cuando en tu alegría de diosa ninfa, se desborda tu sonrisa en caudales de amor, doblegando mis pensamientos, haciéndome tu razón, y purificando con tu aliento mi cuerpo para el encuentro con el tuyo, manteniéndome desnudo y así acoplándome de manera natural a tu creación.
Y me abrigas con tu pensamiento, dando forma a mis ideas, como legos que diseñan toda la arquitectura de los espacios en los que me ubico, ávido de ti, resguardándome, cuidándome como posesión tuya, para ti; añejándome la cepa del amor, a buen grado, para tu buena cosecha, y bebiéndome acompañado de todas tus fragancias, fascinada con mis aromas, y enamorada del sabor que deja tus labios en mi boca; y así en aquel delicioso intercambio de pociones que nacen de nuestras voluntades, con nuestras almas, siendo una; te veo a ti, mi creadora, formando con nuestros cuerpos una gran copa, de mágica bebida donde el creador nos absorbe embriagándose en su propio amor, el mismo que entre tú y yo ahora se destila en nuestro universo de dos.

LOBA


Con la noche en luna creciente, el cielo pintado de luces, y  estrellas fugaces rondando el horizonte; te sientas al filo del barranco adornado por sampedros, y rodeada de palosantos, fumándote un tabaco, y pensando: no pensando, con tu mirada contemplando todo lo que algún día habías caminado y todo lo que te queda por vivir en mi compañía.
Y en tu silencio cantas las formas guturales que armonizan tus escenas, y con tu ritmo despiertas las jaurías; y los lobos enamorados se arrinconan en el balcón que te ha formado la tierra para tu acto, aullando junto a ti, marcando el son que define tu alegría. 
Mi Amor y sus jaurías cantan cada noche, cada día, en cada eco hermoso de cualquier experiencia deliciosa que me regala la vida.

DIOSA


Desde la gloria de tu aposento, al sur, cuando me piensas, vas dándole senderos a mis versos y me creas. Extiendes tu mano, me tomas con tus dedos, me haces minúsculo y me soplas lanzándome en huracanes delirantes, protegiendo mi vuelo.
Y me tomas nuevamente, como siempre, como ha sido mi deseo y me recorres las venas con tus besos, y mientras disfrutas haciéndome magia, susurras tus pensamientos y en la intensidad de tus palabras me hierves la sangre, me calientas el cuerpo, me elevas a tu cielo, tomándome por completo, y me dices que en todo revuelo, en cada instante que se unen nuestros espíritus, cuando nos amamos enteros,  ya está fijado todo un paraíso, un universo, un alegre despertar hacia lo divino, la presencia del creador en el silencio, y así somos uno, y nos fundimos en nuestro fuego, así como el oro de la entraña de la tierra como materno alimento de Amor para nuestros cuerpos.

MAESTRA


Con la intensidad de tu mirada enseñándome la dirección del destino para la vida que he empezado contigo, me guiñas de reojo, sonrisa deliciosa, giro de cabeza, señales de tu mano, y un solo verbo, y me tienes contigo, completo, entero, entregado a tus lecciones, empapándome de tu conocimiento, escuchando contento los relatos de tu sabiduría.
Y eres prudente, y me cuentas el inicio de todos los cuentos, y me dejas con la necesidad diaria de volver a ti, a escucharte con los ojos cerrados y el corazón abierto, a reconocer en ti el final de todas las historias, amparándome en el hecho de tu eterna secuencia de felices acontecimientos en los cuales siempre has existido, y siempre has estado viviendo.
Y entonces cada noche, luego de tu relato, sueño que me duermo, que descanso viviendo tus historias para luego repetirlas con todo el amor que te tengo; y en el día, vivo soñando, atento ante a cualquier señal que me des, pues mi corazón siempre está despierto ante la llamada de tu alma, y así sé que te necesito.
Y en mi necesidad de escucharte, me has inventado como silencio y así te escucho; en mi necesidad de sentirte me has inventado en aliento, y así cada que sopla el viento, siento que es tu cuerpo; en mi necesidad de estar contigo me has inventado el tiempo, y así estando contigo todo se hace infinito y eterno.

VIVIENDO EN TI


Hay percepciones multidimensionales, en las cuales la objetividad se puede verificar una sobre otra como realidad de un mismo espacio de conciencia propia; y he conocido en aquella infinidad algunas vidas en las cuales el alma ha sabido de tu existencia,sugiriendo siempre senderos de energía que conlleven hacia la estructuración de tu nombre como portada clave hacia la ruta de las maravillas, en las cuales tú te desenvuelves haciendo de tu vida un recorrido de magia y poesía.
Y así, con el corazón enrumbado hacia tu conciencia, me poso frente a tus ojos, con el alma abierta, para que me regales un toque de tu lengua, haciéndome gota de espíritu para tus senderos; y ver que así, cada día, en la eternidad de tu figura me deslizas por tus curvas en un viaje que me hace divisar los colores de todos tus universos en cada segundo, y en el vértigo de los giros de tus senos, mis suspiros se convierten en ecos que susurran, en cada uno de ellos, miles de teamos en tus oídos, y me evaporo y me respiras y me exhalas el alma, y me condenso para desembocar en algún rinconcito de tu pecho, filtrándome por tu piel, fundiéndome en tu cuerpo.

AMOR ELEMENTAL


Hoy te veo transfigurada, amanecida desde tu larga jornada en la cual, cada noche, cada madrugada realizas tu labor de guardiana de los sueños en los cuales busco mi morada, y en mi necesidad de ser amado, merodeo la dulzura de tu paso, cuando en tu naturaleza, eres la forma más intensa de la presencia divina en mi alma.
Y te presentas real, hermosa, tierna; cobijándome la vida con la tibieza de tu palabra y en el sueño me duermes, y en el cansancio de mi alma, de tanto haber buscado aquella alegría especial, la sutil sombra que se abrace a mi silueta, la sonrisa que aleje todo mal, el soplo de la vida, te veo, en tu transfiguración, como una primavera inmensa, un jardín del paraíso; y eres agua, eres tierra, eres el fuego que calienta, el viento que da abrigo; y así te camino, y así descanso contigo, embriagado de todo tu poder; y así soy tu paso, y me entrego a vivir en ti, en tus aguas, sembrando mi espíritu en tu magia, cosechando de tu calma, habitando en tu pensamiento y abrigando mi regazo con las flores que crecen en tu alma.
Y así eres todo en mi vida, y así voy cada día buscando alimentarme la vida en tu mirada.

DIVINO ESPEJO


Del círculo de orión parten diminutas ráfagas de magia; cada constelación va tomando ruta imaginando una secuencia de galaxias que desfilan gigantescas, procurando enrumbarse hacia mi cielo desde donde sé que fijado en algún cometa puedo divagar pensando en tu existencia.
Y los astros coinciden, en que aquel sendero, que alumbra mi cielo, se perfila como un mirador perfecto para divisar tu belleza; ya lo dijeron los dioses al caminar por la tierra: Para percibir la total grandeza de tu presencia se necesita un concierto de estrellas desde donde se pueda ver la totalidad de tu alma completa.
Y así, constelaciones, galaxias, cometas, y yo desde algún lugar de aquel vacío, te miramos enamorados esperando el guiño de tus ojitos, cual centelleo de luciérnaga en cortejo; que alces la vista, que te admires de la fiesta que se ha armado en el infinito tan solo para fascinarse ante la hermosura de lo más bello.
Y nos quedamos quietitos quietitos, en silencio, para que se dé el momento, que junto a tu mirada nos adorne la delicia de tu cuerpo, nos enloquezca la fragancia de tu aliento,  y a través de tu sonrisa en el ritmo de aquel eco, todo brille, conjugando en la luz la divinidad de tu nombre haciendo de todo el firmamento un maravilloso espejo para que puedas mirarte en el cielo.

ACUÁRIDAS


Amanece, luna nueva, oscura noche, cielo cubierto, negra templanza de sueño. Soñar al tanteo miles de pensamientos reflejados en caleidoscopios inertes de luz, y todo está quieto. En un lecho de soledad, me cobija el cielo, y te sueño: estrellas fugaces dibujan tu rostro, perfilando la hermosura de definirte al detalle, evocando la perfección de tu figura. 
Aquárida en el camino de tu vida, recorres el universo mostrándote perfecta, enamorándome con el baile de tu paso, el sonido de tu taco, la cadencia de tu cadera, la brillantez de tu sonrisa, tus suaves manos pequeñas; vas a paso elegante constelando tu nombre en las estrellas, eclipsando su belleza, haciendo de lo eternamente inmenso el reflejo de tu alma, y así me liberas y me salvas. Me haces disfrutar de lo infinito cuando sueño contigo.
Soñando contigo me siento infinito, y en la eternidad de tu camino de ciclos, espero abordar tu estela abrazado a un beso tuyo para escabullirme por tus cielos y entregarme a la paz de tu viaje predilecto, embelleciendo con tu figura el universo entero.

EROS XIII (REZO)

Antes de renacer, en cada madrugada, el rocío me sumerge en una ávida sensación de alivio cuando despierto, con la sensación de haber dormido en el cálido desierto de tu pecho, en el oasis de tus senos, junto al lago de tu ombligo; y relajado el cuerpo alzo el rostro y te reconozco cuando te beso:  Flor de ámbar la mirada, aperlada la sonrisa y los labios en almíbar, me guiñan una caricia al alma, como suave brisa de palabra que me alienta a seguir en mi jornada, y así camino buscando a aquella dama que me acurruca cada noche, mientras duermo ratificando que por ella vivo, y así ella mece mi espíritu en un delicioso ritmo circular, centelleando su figura de estrella vespertina; y así me cría, así me hipnotiza, me fascina, y así amo cada fibra de su ser, y amo todo en aquella esencia divina que me inclina hacia la idea de que en esta vida no ha existido nada que me haga merecer la dicha de volver a descansar en ella, de perderme en su belleza, de soñarla todo el tiempo que me quede de vida, para soñar el sueño de respirar su alma, de vivir en la dicha de amarla y que el perfume de su amor me abrigue todas las mañanas el resto de mis días.

UNIVERSO SILENCIO


Y vive el silencio. Y se queda callada la conciencia total en busca del recuerdo que quedó tan solo como eco de alguna promesa de génesis cuando no había aun nada hecho.
En aquellos tiempos los inicios marcaron la fuerza del alma que definió un lenguaje mágico, gutural, complejo,  para lograr evocar el poder del verbo cuando se quiere crear.
Y entonces, palabra, verbo, deseo y acción se conjugaron como la simplicidad del todo cuando el dios se supo creador y cada pensamiento suyo fue un universo, y cada idea la sorpresa de lo eterno en las infinitas posibilidades de ser real y de ser un sueño.
Ha pasado en exceso el tiempo, la orden de creación, aquel primer pensamiento, ha perdido el recuerdo de pronunciación y aquel sortilegio ya no crea, tan solo evoca su momento; incluso hay la posibilidad de que el dios se haya perdido de su propio cuento, al no disponer de silencios para pensarse a sí mismo y así darse más tiempo.
Y el silencio vive, es lo único que permanece completo cuando todo termina, cuando el vacío logra su cometido de hacer intensa su presencia, y aquel verbo, que no se recuerda, permanece como eco en alguna frecuencia de la cual solo el instinto tiene claro de que en la gran esfera de esta vida, la palabra divina está que gira y gira; y en esta gran idolatría, en el caso de pronunciar aquella sabiduría perdida, se asume que nuevamente surgirá la plena intensidad de la creación para aquel alma que permita silenciar su pensamiento y escuchar aquel eco de aquella frase que dijo dios cuando en su amor decidió compartir lo bello.
Y así vive el silencio, cuando todo termina y antes de empezar otro ciclo, antedicho del vacío, buscando el primer pensamiento.Y así yo evoco al dios, en cada uno de mis silencios, y te escucho como mi primer pensamiento, sabiendo que el eco de aquel que te pensó y creó me alcanza finamente el espíritu; y a mi vacío lo intensifico para tener más espacio para cuando decidas vivir en mí, con la grandeza de tu alma, iniciando así una nueva creación, en un nuevo universo.

EROS XII (ENCUENTRO)


La legión y las hordas, hoy ya perciben mi anhelo de vuelo, y se instalan en las nubes como queriendo disfrutar de todo lo que me adorna el camino cuando, al buscarte sé que voy a estar contigo.
Y ya han dispuesto, ángeles y demonios, hacer las paces mientras dura la excelsa conjunción de encontrarnos completos, cubriéndonos del aroma de nuestro amor, embriagados en nuestros besos.
Cielo e infierno, toman asiento, primera fila para el mejor momento, aquel en el que nuestros ojos se miran, los labios se encuentran, las lenguas se miman, las manos se enlazan enredándose en caricias y los cuerpos se funden en un solo soplo de vida.

EROS XI (VIVIR EN TU CUERPO)


En el tratamiento del instinto se evoca la concepción de que aquel pre-sentimiento que nos conduce a humanizarnos con la sensación de lo divino se origina a partir de la conexión que tenemos entre el creador y lo creado.
Siendo así, criaturas de espíritu aletargado, el origen ha marcado un acertijo que revela la cuestión en la cual, siendo el alma un vehículo, podemos llegar a liberarnos, haciéndonos divinos por el simple hecho de invocar el poder que nos ha ubicado en este sitio.
Y aparece el instinto, y se invoca el Amor, a gritos, desde el alma; y en mi ruego te imagino, me conecto con lo divino, y en cada historia que he escrito se que estás y mi deseo es concedido: Te has formado como mensaje vivo del dios que nos hizo, humanizando mi destino.
Te has apropiado de mi espacio, fluyendo tu espíritu dentro mío, haciéndome que me reconozca en ti y en tus senderos, compartiendo tu sabiduría en la intensidad de fundir nuestros cuerpos, evocando aquel primer día en el cual el creador dispuso la existencia de la vida y la concepción total del universo, y así se alegra Él en su trabajo perfecto, y al amarnos podemos percibir aquel éxtasis de creación en nuestros cuerpos y se satisface lo más íntimo, lo más discreto de lo que nos conocemos.
Y así voy, cada día, cada noche, en mi imaginación, en mis sueños, buscando hacer realidad, en la luz, en la oscuridad, el hecho de vivir visitando los pasadizos que se encuentran escondidos entre tu ombligo y tu cuello, entre tus labios y cabellos, entre tus hombros y tus manos; entre tus pies y tu sexo,
besando cada rincón de tu espalda y tu pecho, pernoctando en tus senos, bebiendo de ti mi alimento, evocando el instinto, evocando la creación del universo.

SIN FIN


De acuerdo a la leyenda, cada noche en tu inconsciencia, tu acecho te transforma en diosa reina, y despiertas en tu gobierno, tu universo, reinando el paraíso en el cual has convertido todo lo que en la lucidez de tu retiro nocturno has creado con el Amor de tu verbo.
Hace muchos milenios, en alguna de aquellas amorosas palabras me visualizaste y nombraste, haciéndome exacto para ti en la utopía del existir, viviendo por medio de tu deseo.
Creadora de mi cuerpo, esculpiste mi espíritu haciéndome afín a la vibración de tu luz, y centelleando cada fibra de tu Amor inventaste un mágico espejo, y de tu alma sacaste una copia exacta para formar la mía como reflejo preciso y encaje perfecto de tu imagen y semejanza para tu creación.
Y así me fuiste recreando como ser humano, escribiendo en tus registros el devenir de mi destino.
Guardiana de mi conciencia, me has convertido en el mito que te recrea como descifrante del código de mi alma, existiendo en tu corazón como la leyenda del encuentro de dos estrellas cuando se fusionan en la intensidad de una supernova, y me explotas en la conflagración de un vacío que absorbe todo lo que lo rodea,y en aquella oscuridad de la que me salvas te delatas por tu luz; me sostienes sutilmente en la punta de tu pulgar, me regalas tu aliento, y suspiro, para caminar contigo en aquella eternidad, siendo tu historia sin final.

TRISTEZA FÉNIX


De frío en frío, la tristeza se va bebiendo tu vida en la corta alegría que tu risa, cual placebo en agonía, vigila la fortaleza de la imagen que proyectas cuando te sientas a pensar en la soledad del llanto que declina lo que en cada día la vida te depara como acto de amor cuando te canto todas mis plegarias, que van dirigidas a los dioses y ellos al escuchar se embeben de mis palabras y deliberan sobre si cumplir o no con los ruegos de mis rezos. Y así, todos los días.
Y al ser mujer, madre, amante, compañera caminante, el más hermoso ser humano que ha habitado mi corazón, hago mis rezos dirigidos hacia la implosión de tu espíritu que de tanto aletargarse, asimila la anulación de su naturaleza; que el ruego te acompañe, de forma grata hacia la consecución de tu camino metamorfo, hacia el renacimiento de tu amor, haciéndote un refugio de descanso dentro de mi corazón.
Y así todos los días, beberme cada lágrima tuya y enjuagarme el espíritu con tu tristeza, y en el recinto pálido de seda de cada fibra de mi corazón, reponer tu etapa de crisálida perpetua, abrigando amorosamente tu capullo, diosa reina, luna intensa, y que renazcas mariposa alondra, o en el devenir del fuego de mi alma en donde invernas te recrees en hada fénix, para renacer de las cenizas de tu pasado hacia tu nueva eternidad, desde mí, dentro mío, con tu mirada alumbrando mi camino y en tu nueva entidad que me enseñes a volar liberándome en tu libertad, disfrutando de nuestro cielo, bebiéndonos nuestros miedos, saciándonos de nuestros cuerpos, protegidos con nuestro fuego.

TU SILENCIO Y MI PACTO


En círculo de palabras, en medio del sendero de las aguas, bordeado de arañas, atestiguado por árboles ancianos, y el entorno nublado, en donde los espíritus del bosque camuflados respiran la vida que se mezcla con todo lo que ahora conmigo conversa, bajo las aguas escribiendo con mi alma todo lo que ahora vivo, y voy leyendo de aquel río todo lo que necesito para vivir la dulzura de envolverme de este torrente de Amor al cual me has sentenciado. Y les cuento a todos que te amo, y me dices que les cuente que me amas, que ellos sean nuestros cómplices y testigos.
Las arañas fascinadas, al ritmo de la marea que baja, van escuchando mis plegarias y empiezan su labor tejiendo tu nombre en cada espacio de sus casas; te imaginan endiosada y conforman tu figura esculpiendo con su seda la perfección de tu rostro, y nos van elaborando habitáculos esféricos invitándonos a descansar, amándonos en aquellos sedosos lechos.
Y así vas creando, y así me vas amando, y así vas escribiendo todos los pactos que se juran en el silencio del bosque, donde los espíritus cumplen con todo lo que pide, cuando es verdadero.
Todos mis abuelos ya te conocen, y escuchan tus palabras (y nos dicen “cuidado con las promesas, son sentencias del espíritu, y se vuelven ciertas”) y entonces callas, y mi corazón te susurra desde nuestro lecho en medio de todo este bosque tranquilo: si tú legislas mi camino, y decides todos mis designios, y si has prometido tu alma y yo la mía; entonces los abuelos atestiguan la última sentencia que perpetuará nuestras vidas contando cada segundo como un infinito abismo de amores en el cual derramaremos nuestros espíritus como un elixir de ambrosía para formar un solo alma, un solo caudal en este río gigantesco en donde somos los creadores y tú la Diosa que da la vida a todo aquello que te siente, a todo aquel que te mira.

ABRAXAS


En el juego de lo correcto, lo sencillo es la parte común de ponerse de acuerdo ante la insistencia moral del entorno que nos limita a formarnos de acuerdo a lo bueno o malo que creemos.  Lo complicado es definir el concepto.
Ahora bien, lo bueno y lo malo, se vuelven términos que nos afectan como elementos que somos de algo social, aquellos contextos; y entonces aparecen los juicios de valor, pero a la final siempre nuestra decisión termina por ceder ante el susurro del ego, haciendo de lo incorrecto lo correcto y viceversa.
En el karma del camino verde lo correcto a veces no es bueno y lo incorrecto en ocasiones nos salva, pudiendo ser, lo que tenía que ser, un augurio de la simplicidad de que nuestra vida gira y regresa a lo mismo, y de que aquí todo se paga, y que de eso nadie se escapa.
Entre tanta definición y tanto concepto, hoy estás legislando mi alma, decidiendo todos mis designios, escribiendo tus leyes en mis labios con tus besos, y sentenciándome de forma perpetua al paraíso de tu cuerpo, encadenándome íntimamente a tu espíritu.

EL ECO DE TU ALIENTO


Estamos para eso… Eso…. Suena el eco que se va calando insistente en las profundidades del valle al cual me has invitado a volar.
Y recuerdo: había un graderío espiral, de peldaños antiguos, parcialmente cubiertos de musgo grisáceo, sin pasamanos, sin paredes, fijado en una sola columna central, y por donde había caminado ya hace mucho tiempo sin llegar a terminar el trayecto que me atraía.
Conectado con las nubes, me imaginaba una cima desde donde pueda ver todo lo que suponía mirar, y mi ambición me sugería que mientras más arriba subía más extensión tendría para disfrutar del mirador espiral.
Ya cansado, en la tentación de darme vuelta y regresar, pienso que ha sido un trayecto muy largo, y apenas creo voy por la mitad o ni siquiera eso; me siento, miro hacia abajo y me atrae aquel descenso.
Justo en el momento en que me dispongo a bajar, apareces, me fascinas, me tomas de las alas (me había olvidado de que podía volar) y con un suave soplo de tu aliento me elevas, y con tus besos me liberas de los miedos que me impedían tan bello ascenso.
Y con lo más profundo de mi alma, sin palabras, te agradezco, y me dices, con una potencia gutural en la fortaleza de tu voz: Nos amamos, nos enseñamos a volar, nuestro cielo es eterno, el espiral es únicamente para divisar en parte todo lo que podemos caminar, estamos para eso… eso…

DIOSA


Imágenes, máscaras y rostros, baile de payasos, súbitas conciencias desenfrenadas al ritmo de un trac-tac que ronca el Creador cuando descansa, y todos disfrutan de este espacio en el cual nadie los limita.
Es una cadencia de espíritus sin lugar, espacio, o tiempo; generando una danza vista como magma de colores (para los mortales) y haciendo de la fiesta otra creación, otro universo, y así se va generando todo lo que vemos.
Es una suerte de acecho del Creador, pues al fingir que duerme, los creados dejan su límite y se tornan creadores, provocando así sucesivos e infinitos big-bang de realidades haciendo más inmenso el trabajo de aquel que siempre lleva el crédito de lo hecho: Dios.
En algunas de aquellas fiestas, aparece Venus, brillante, hermosa, pequeña, de paso elegante; y yo como testigo de toda esta génesis la percibo y me detengo a apreciar cual va a ser el designio de su creación para la fiesta a la que asisto.
Me apetece acariciarla, y ella esquiva mi mano enamorada; intenta alejarse y de todas las sombras que la acompañan, una de ellas la inmoviliza, quedando un rictus acompasado en la pasividad de su mirada; y aprovecho: la acaricio hasta pulir su rostro, la beso hasta secar mis labios, me fascino en la lectura de cada una de las partes de su cara hasta grabármela completa. La memorizo y la recreo.
Y así, como ella yo también soy un demiurgo y en mi delirio voy creando universos, y en todos ellos, basado en aquella figura, en la esencia de su alma, y en la fuerza de su espíritu, la ubico como Diosa de todo lo que mira.

TREN DE MIS SUEÑOS


Ante tanta densidad de almas que buscan descansar en los sueños, Morfeo recreó un medio en el cual puedan ser embebidos todos los espíritus que necesiten este escape mientras se desconectan del cuerpo.
Este medio se activa con cada bostezo (aunque a veces también nos pita, llamándonos cuando nos quedamos con la mente en silencio) y hace parada justo cuando empezamos a cabecear y quedarnos quietos. Este paso de realidad a sueño, nos sacude tanto el espíritu, que pocos recordamos la subida al tren de Morfeo, y así cada día, cada noche el itinerario es inmenso.
En el tren de  mis sueños, volando por dentro, mi viaje era largo e incierto; ahora ya no voy en él, ya conozco los caminos, y he aprendido a caminar contigo: cada uno por su riel, en paso paralelo y ritmo continuo;
hay más guías y más luz en cada destino, siendo el mismo sendero, el que siempre hemos seguido; la jornada sigue incierta, pero a tu lado, mi compañera, el viaje es intenso y llevadero.

EROS X (MI ORGASMO EN TU ALMA)


Poco a poco me voy elevando, ascendiendo el arco iris alrededor del sol, que se posa amoroso como delimitando el entorno en el cual me desencarnas: visiones de colores y círculos sin fin para nuestras almas, y tú al centro guiando la creación, dirigiendo el Amor; y me preparas para liberarme, para darme un sorbo de vitalidad, desde la fuente de tus labios, drogarme con tu sudor, masajeándome con tus pies y cobijándome con las caricias de tus manos.
Y me tomas, me envuelves; me das de beber de ti, luego me absorbes; me das vida, me dominas, me transformas; vas haciendo la fragua para el molde en el cual mi alma pueda estar siempre conectada a ti, sin distancias.
Y me explotas, y tiemblo; y te mueves, y me enamoro. Me susurras todo lo que te he dicho desde que renacimos, repitiendo la intensidad con que nos encontramos y rezando cada palabra para que se haga realidad; y yo que quiero salir volando en el éxtasis de sentirme tan ligero, contigo adentro, y me abrazas con tus piernas, me reduces, me quedo quieto.
Me has dejado estático, el cuerpo desvanecido, mi única visión: tu mirada. Rendido ante tu magia, fundido con tu piel, no queda resquicio de humanidad que soporte la revelación de tu alma al acariciar mis entrañas, y me dejas en un sereno letargo, y te marchas.
Con tu fuego, fraguado el cuerpo, regreso al confort de mi infierno. Y tú vuelves a tu magia habitual: Mujer amante, madre incondicional, esposa amorosa, hija silente. Hermosa bruja de acecho permanente. Cuando me amas, todo se detiene, los ángeles forman un arco iris alrededor nuestro, solamente para verte.

EL VUELO DE NUESTRAS HUELLAS


En el vuelo de las aves cuando trinan y te cantan, aprecio la vía que me conduce hacia tu mirada, y ellas me guían la caminata, del otro lado de las nubes, para encontrarte y ser tuyo luego miles de años de mi larga jornada de buscar a mi amada.
Y tu alma vive ensoñada, montada en el elixir de los sueños, que se subliman en la voluntad de las hadas, siendo la más hermosa de ellas, la más enamorada, y en ese amor que desborda tu alma quiero me regales un cálido baño que me inunde los sentidos,
y en ese éxtasis de pureza, que me fundas en ti, en un solo espíritu, guiando tú el camino y que tu caminar sea el mío y que tú camines por donde yo piso. 
Y así veo que caminamos juntos, en el círculo de la vida, las manos apretadas, los corazones sonriendo; en el arenal un solo par de huellas delata que en la corporeidad de nuestro amor se refleja un solo cuerpo, dos conciencias y la inmensidad del universo que sirve de habitáculo para la esencia de lo que estamos sintiendo.

DIALOGO CON MORFEO


Camino con Morfeo, contándole de mi enamoramiento, y éste me relata su experiencia a través de historias, desde su origen a través de los tiempos; manifiesta que todo sucede de acuerdo a lo que queremos: en el amor, por ejemplo, la decisión es vivir la realidad como si fuera un sueño, haciendo mágicamente todo lo que somos capaces de crear, y me tienta a definir la estructura del sentimiento que siento; me pide un concepto, pienso. Escucho primero:
El dios me ratifica el hecho de que al ser el señor de los sueños, siempre está creando, posiblemente su imaginario es más vasto que el universo y en esto radica el hecho de la gran amistad que tiene con Eros.
Me cuenta que cada sueño, tiene un subsueño y así sucesivamente hacia adentro, pudiendo cada uno de ellos llegar a ser una historia de amor eterna. La felicidad del enamoramiento es lograr que cada relato eterno se protagonice con las mismas estrellas.
Y defino mi concepto, junto a Morfeo y evocando a Eros: Mi amor se compone del respiro de la amada junto con mi alma, fusionando los espíritus con las miradas, y los cuerpos atestiguan el encuentro, firmando con su piel en cada milímetro de besos, que se regalan cuando escriben cada uno su historia en el lienzo del otro, de su espejo.
Y los dioses suspiran cuando relato nuestro cuento…