REZO IV

Lágrimas brotan como piedra derretida,
volcán de rabia los ojos,
nudo agujero en la garganta que no se sacia de desventura.
Tristeza infinita, infinita tristeza,
labios secos, espíritu de desierto,
sueños.
Eres el oasis del agua de vida,
mi protectora, maga, refugio, salida,
eres la salvación del moribundo,
saciando mi sed, mi muerte en vida.
Hoy mi tristeza está aguda, no hay razón,
mi sensibilidad se siente herida,
los puñales han quedado oxidados
con la punta hacia arriba, me siguen hincando,
me mueren, me lastiman.
Agua, amor, fuente, luz, guía,
te amo, te pertenezco, te vivo, te sueño,
eres todo, y en todo te veo,
hoyo en mi lágrima fuente viva,
eres mi única salida,
el consuelo de esta vida,
mi salvación, mi magia divina.
Abrígame la mano en tu pecho,
susúrrame una dulce melodía,
ríeme tu sonrisa justo al oído,
duérmeme en tu lecho,
caliéntame la barriga,
no dejes que se me vaya el espíritu,
no permitas que me pierda en este sueño.
Salvadora mía, protégeme en tu saliva,
con la magia de tus besos,
envuélveme en la tierna cobija
de tus piernas como sedas amigas
de mi cuerpo que necesitan de tu lecho.