REZO V

Lago fango, lagaña de vista, moco humo,
nube negra, demonio de psique, voz tenor...
diablo me canta su melodía separándome de tus ojos;
río hielo pisa mis pies congelándome hasta el cuello,
temblando de miedo, sacudido el pellejo,
lastrado la lengua, ahogado el grito,
secado el llanto, lagrimeando mi espanto.

Me acaricio con tus pies, me visto con tus manos,
me sacudo el fango en tu acto de bendecir mi sueño,
contemplándome el sudor de los temores que a ratos,
los ve el cuerpo, los ojos lo sienten, y el cerebro no comprende.

Vivo de tu aire, despierto entre tus piernas,
me purifico en tu vientre, me desvelo a besarte las pestañas,
para que tu vista siempre me mire, como así lo haces,
y así te amo, más que a nadie.

Y así me refugias en tu aire,
haciéndome verbo de tu rezo,
me despiertas en tu centro,
me limpias el rostro con un soplo,
me bañas en tu jungla de abrazos,
y me bendices el día, me resucitas,
me haces tu paso.

Lágrima viva en agudas vibraciones de luz,
permanecen encendidas a la espera de la sentencia
que pregona la vida, ya la siento, tal vez no la acepto,
pero a pesar de que la vea, no se esquiva,
y apareces tú con tu escudo de hermoso pecho,
a salvarme la vida.

Acero alma, esposa guerrera, amiga,
tierra magia, me haces capullo que envuelves,
para tu nueva vida, nuestro destino, nuestra vía.