El viento arremolina un ligero suspiro,
en complicidad del deseo que nace de nuestro corazón;
sopla la respiración torbellinos de anhelo,
coincidiendo el vernos por fin completos;
la gran fusión es un hecho,
los corazones viven la explosión del karma,
y en el lecho se escribe con sangre el amor
que bendice nuestras almas al re-encontrarse,
tras milenios de caminar en soledad,
en senderos de miel sin sabor,
de luz sin color,
de abrazos fríos, de días sin sol.
Y en el recodo de tu lugar secreto,
me encaminan tus ojos hacia la entrega primera
de mi cuerpo por ti cubierto;
y tus labios me quitan el aliento,
me frotas con tu vestido, mi ropa te siente,
busco tu desnudez,
y en el espejo del cielo miro tu espalda,
mis manos en tus nalgas, y mi alma atravesada
por completo por la pasión de tu mirada.
Toda hermosa y reflejada
vas dando forma a nuestra escena sin ropa,
y me abrazas con tus piernas,
y tu sangre me rodea las caderas,
y das inicio al rito, la ceremonia perfecta,
haciéndome tu monje, de tu templo,
de tu lugar secreto, esclavo de tu cuerpo.
Y me acoplas,
la fusión es un hecho,
el falo ensambla con fuego el espacio sereno
de tu hoguera en la cual me recibes con cierto recelo,
y aun así eterna, poderosa, divina,
te muestras infinita madre gea,
renovándome, cambiándome la vida,
y en mi entrega ciega y en tu silencio,
y en el candente averno de nuestra pasión,
vas recitando conjuros y sortilegios,
todas tus iras, tus resentimientos, tu amor,
mientras yo, enamorado, escucho tus pensamientos,
y me entrego al hechizo de ser tu caballero,
tu amante, amigo y compañero .
Y seguimos en el rezo de nuestros cuerpos,
y el rito se hace más intenso,
y todo este proceso, visiona el augurio
de la ceremonia a la que me invitas cada día,
cada segundo en el cual nuestros cuerpos
sienten la necesidad de compartirse juntos,
como un solo mundo, un solo universo.
Y digo que te amo y me replica tu eco,
nos envolvemos en sudor,
nos desbordamos de saliva en besos,
nos acariciamos el espíritu en cada explosión
de nuestra pasión
y al límite del alma
percibo que lo divino se me ha dado
el estar dentro tuyo, refugio de amor.
Y dejo de ser yo,
y busco una forma para ser tú,
mientras tú eres yo,
tu alma me propone el pacto de lo eterno,
de la unión, del ser uno, de llegar a dios,
y yo sin ser yo, siendo tú,
sin más conciencia que la totalidad de tu amor,
bebido de tu elixir, cubierto de ti, mi sol,
exhalo un SI desde lo más interno,
firmo mi pacto, me entrego completo,
me desvanezco, siento que se me va el cuerpo,
y casi muerto, me revives con un beso,
me dices que me amas,
y me conviertes en tu hombre, nuevo.
Desafiando al destino,
los profetas ya vieron la razón de la creación
en un encuentro de amor.
Y seguro nos vieron juntos, milenios atrás;
y ahora en tu camino, en tus sueños, en tu razón,
me cruzo contigo para guiar mis pasos a tu destino,
y si la voz de tu alma permite a mi corazón,
quisiera vivir este SI permanente, de nuestro pacto,
repetir eternamente la divinidad de la pasión,
de esta, mi única entrega, contigo,
de mi vida entera:
la primera vez que hice el amor...
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