Me
escarba el olvido a tientas de recuerdos; mis manos como espejos cuando vuelo
relajado deslizando el pensamiento por los recovecos de la noche, contigo brillando
en el centro de este ciclo. El horizonte se extiende como halos de ficción,
aletargado por las tenues llamaradas que desfilan desde tu mirada, vigilando a
tu alrededor la extensión de lo que amas.
Una
vida entera recorrida entre alas de cera, a la cabeza del cielo por cubierta;
vías, caminos, estrellas, experiencias que me habían formado como espíritu de
alma errante, huellas en la arena, parcelas en la selva, escrituras en el agua,
palabras en la tierra, todo lo vivido detallado en las líneas del viento,
fraguado en el silencio con grafías translúcidas, sin fijación, sin acento.
Así
me dibujé los recuerdos, así recorrí los desiertos, actualizándome las
historias, inventándome los cuentos; y ahora que caminas en mi tiempo, me
desvanezco en la memoria, blanqueándome el lienzo.
Tu
amor, tu espíritu, tus besos me han borrado la memoria, escribiendo nuevos
versos, recordándome nuevos recuerdos; formándome, creándome, haciéndome desde
el molde de tu cuerpo como complemento perfecto para la luminosidad de tus
sueños.
Tu
amor, tu espíritu, tus besos te han convertido en mi dulce amnesia, recuerdo de
todos mis presentes, futuro de no-olvido.
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