Absorto en el movimiento de tus pupilas cuando ríes, me veo en aquel
zigzag, como silueta, dentro de ti acercándome a la ventana de tu alma,
transfigurando mi realidad desde mí hacia tu mirada.
Y luego en tu calma, en el instante en que te desenfocas, y te
detienes, miras hasta el fondo y también me detengo en tus ojos; mi figura se
plasma en una sombra iluminada, la cual enmarca tu no pensamiento, y me dices
nada, que nada pasa por tu visión, sabiendo que todo el universo podría caber
en tu mirada.
Me encanta verte en el éxtasis de tus sueños, despierta, mientras me
amas; abrazándote el cuerpo con mi alma, y tú mirándome mis ojos y viéndote en
mi, reflejada, con tu mirada.
Cuerpo en sudor, espíritu en el Amor, y los ojos en el alma; y toda
tú, emanando la energía más intensa que me absorbe como manantial de fuego que
surge de tu entraña, y así me haces mineral para volver a forjar las joyas que
forman tus ojos, diamantes dispersos, lucífugos, hermosos. Extraño tu mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario