En marea alta divagando las olas, en algún recoveco de archipiélagos,
recorriendo el mundo entero, entre mares y corrientes de aire, todo se va meciendo,
haciendo del pensamiento un devenir de conexiones de ideas que persisten en
alegrar de alguna forma el vaivén de este mundo agua-viento en el que navego.
Persisten horizontes ciegos, a veces la neblina no permite ver ni
siquiera el fuego, y a ratos no hay límites, parecería que la atmósfera se
confunde entre aguaycielo.
En aquella soledad apareciste con tus cantos y tus danzas,
deslizándote entre sargazos, agua escarlata para el paso que detonó cada onda
en que se posó tu pie al montar las olas, y me atrapaste la barca, cubriéndome
de tus corales, para adiestrarme en la exploración de lo más exótico que pueda
ubicar lo estético, la forma más pura de las almas, la magia de las aguas.
Encallado en tu arrecife, bajaste la marea para que mi barca se
deslice hasta tu puerto, y en aquel astillero me forjaste nuevas velas para tus
vientos, haciéndome a tu mar, empezando por tus costas hasta ahora haberme
declarado como el explorador de tu profundidad, en la búsqueda de tesoros que
se esconden dibujados en los mapas de tu figura, en cada palabra que me regala
tu divinidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario