Hay una conjunción de sistemas solares
que perfilan la luz que ya no nace, simplemente existe. Entre ellos se
reflejan, rebotan y hacen de su haz un elemento que permite visualizar la
eternidad de esta existencia relativamente fugaz.
Y así en lo inmensamente grande la
analogía la ratifico cuando veo y me imagino tantos novios y tantas novias de
la mano cómo irradian su luz al caminar con su astro a su lado, eclipsando todo
lo demás. Y se besan y se hablan de lado, sonriendo la alegría de expresar algo
divino, abrazándose para no soltarse jamás.
Y en cada beso se repite el suceso de afirmar
que eso es lo que quiero, que eres lo que quiero.
Y así camino, percibiendo tu ausencia,
pero alegre por todo lo que en mí has creado, feliz por tu libertad, y muy
contento, pues contigo, mi vida es como que recién hubiera comenzado;
convertido en tu piel, mi lienzo está en blanco, para que escribas en mí, con
tus besos, todo lo que has soñado.
¡¡¡Qué
lindo que es estar enamorado!!!
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