Amanezco con tu luz, brillas en el
cielo, y estás limpia,
las estrellas que te adornaban se
han retirado ya,
y el perfil de las montañas dibujan
tu silueta, perfecta,
te recorro con los ojos, y te palpo
con el corazón,
voy besando cada curva montaña,
cada labio nevado,
Cotopaxi, Pasochoa, Cayambe, Carihuayrazo,
elegantes, blancos, eternos,
como apus abuelos atestiguan ahora
mi amor,
a todos ellos les he contado mi
sentimiento,
y hoy amanecen despiertos,
contentos de mirar mi visión,
y replican mi mismo rezo, haciendo
eco de lo que siento:
-Mi novia es el amor, la ingravidez de lo
eterno,
la abstracción de lo ajeno, la libertad de lo
incierto.
Mi novia es la tentación del espíritu,
y ahora es cada paso mío, es cada respiro.
Mi novia es una hermosa cadencia de bailes,
una melodía escrita, no interpretada, jamás
escuchada,
eterna en su mirada.
Mi novia, no es mía, la amo como si lo fuera,
la posesión como tal existe en mi entrega total,
es mía por ser mi vida.-
Y
pido a los abuelos que te repitan en su eco:
-En la magia de mi amor, yo tengo una novia
mía...-
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