En nuestro universo de dos, en cada expansión, me das vida
con tu solo pensar y originas todo, y en aquellos sugerentes ambientes participas
como la palabra que estructura las líneas que mantienen ligado el entorno de
tal forma que mantienes la armonía con tu
verbo que se manifiesta como dinámica de energía, haciendo de tus paisajes un
flujo de perfección; y así sucede cuando en tu alegría de diosa ninfa, se
desborda tu sonrisa en caudales de amor, doblegando mis pensamientos,
haciéndome tu razón, y purificando con tu aliento mi cuerpo para el encuentro
con el tuyo, manteniéndome desnudo y así acoplándome de manera natural a tu
creación.
Y me abrigas con tu pensamiento, dando forma a mis ideas,
como legos que diseñan toda la arquitectura de los espacios en los que me ubico,
ávido de ti, resguardándome, cuidándome como posesión tuya, para ti; añejándome la cepa del amor, a buen grado, para tu buena
cosecha, y bebiéndome acompañado de todas tus fragancias, fascinada con mis
aromas, y enamorada del sabor que deja tus labios en mi boca; y así en aquel delicioso intercambio de pociones que nacen
de nuestras voluntades, con nuestras almas, siendo una; te veo a ti, mi
creadora, formando con nuestros cuerpos una gran copa, de mágica bebida donde
el creador nos absorbe embriagándose en su propio amor, el mismo que entre tú y
yo ahora se destila en nuestro universo de dos.