De acuerdo a la leyenda, cada noche en tu
inconsciencia, tu acecho te transforma en diosa reina, y despiertas en tu
gobierno, tu universo, reinando el paraíso en el cual has convertido todo lo
que en la lucidez de tu retiro nocturno has creado con el Amor de tu verbo.
Hace muchos milenios, en alguna de aquellas
amorosas palabras me visualizaste y nombraste, haciéndome exacto para ti en la
utopía del existir, viviendo por medio de tu deseo.
Creadora de mi cuerpo, esculpiste mi espíritu
haciéndome afín a la vibración de tu luz, y centelleando cada fibra de tu Amor
inventaste un mágico espejo, y de tu alma sacaste una copia exacta para formar
la mía como reflejo preciso y encaje perfecto de tu imagen y semejanza para tu
creación.
Y así me fuiste recreando como ser humano,
escribiendo en tus registros el devenir de mi destino.
Guardiana de mi conciencia, me has convertido
en el mito que te recrea como descifrante del código de mi alma, existiendo en
tu corazón como la leyenda del encuentro de dos estrellas cuando se fusionan en
la intensidad de una supernova, y me explotas en la conflagración de un vacío
que absorbe todo lo que lo rodea,y en aquella oscuridad de la que me salvas te
delatas por tu luz; me sostienes sutilmente en la punta de tu pulgar, me
regalas tu aliento, y suspiro, para caminar contigo en aquella eternidad,
siendo tu historia sin final.
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