En el juego de lo correcto, lo sencillo es la
parte común de ponerse de acuerdo ante la insistencia moral del entorno que nos
limita a formarnos de acuerdo a lo bueno o malo que creemos. Lo complicado es definir el concepto.
Ahora bien, lo bueno y lo malo, se vuelven
términos que nos afectan como elementos que somos de algo social, aquellos
contextos; y entonces aparecen los juicios de valor, pero a la final siempre
nuestra decisión termina por ceder ante el susurro del ego, haciendo de lo
incorrecto lo correcto y viceversa.
En el karma del camino verde lo correcto a
veces no es bueno y lo incorrecto en ocasiones nos salva, pudiendo ser, lo que
tenía que ser, un augurio de la simplicidad de que nuestra vida gira y regresa
a lo mismo, y de que aquí todo se paga, y que de eso nadie se escapa.
Entre tanta definición y tanto concepto, hoy
estás legislando mi alma, decidiendo todos mis designios, escribiendo tus leyes
en mis labios con tus besos, y sentenciándome de forma perpetua al paraíso de
tu cuerpo, encadenándome íntimamente a tu espíritu.
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