Abrazados el espíritu, fundidas las almas, a la orilla del universo, contemplando los ojos del otro y la creación en su interior; las frentes juntas, mirándonos sudorosos, batiendo las aguas, al filo del orgasmo; al poniente, al levante, amándonos en el ansia de desleirnos en el cuerpo del espejo que nos refleja el amor que nos tenemos.
Abrazados el cuerpos, acariciándonos con todo, saboreando las palabras que exhalan el jadeo, respirando nuestro deseo, sucumbiendo al delirio de tenernos adentros...
Abrazados al tiempo nos encontramos, para perdernos en la pasión de nuestro encuentro; y hallándonos, nos perfeccionamos en el arte de buscarnos para disfrutarnos y hacernos eternos.
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