Se cobija de besos el cielo,
se abriga de caricias la mano del Creador,
sintiendo la mirada de tu cuerpo
en la desnudez de la entrega cuando nos hacemos
el amor,
y así resuenan los Apus de la emoción,
de ver lo divino en humanos desbordando en pasión.
de ver lo divino en humanos desbordando en pasión.
Todo florece, las espaldas se sacuden, los pies
llueven,
el alma se estremece y mi boca gime el éxtasis
de tenerte dentro mío, yo en tí,
refugiándome en tu lengua, espejéandome en tus
ojos,
labrándome el carácter en tu pecho,
haciéndome tuyo, siendo sombra para tu cuerpo.
Mojando, en amor y sudor nuestro lecho...
Bendiciendo el momento, volviéndolo perfecto.
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