Bancan las galeras, surgen marfiles desde el hurto,
en el cráter del agujero negro,
avanzan los lucífugos abyectos de sombra,
demonios alegres, danzando espectros,
volviendo a sí mismos la dulzura del vacío,
flotan, flotan en antimateria deslumbrados,
de su libertad, de su hermosura.
Angeles visitan aquel paraíso,
cambiando plumaje hasta formas desnudas,
coreografiando rezos,
sudando bailes, compartiendo.
Hay un sitio en el centro del universo,
en donde flota la hermosura de tu eco,
y al escucharte, los seres hermanos,
hijos de los dioses, se reúnen para fiestas eternas,
al son de tu voz,
al ritmo de tus ojos,
desbordados en pasión.
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